30-Li

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Li: lo adherente, el fuego 

Hexagrama 1Arriba Tui, lo sereno, el lago

Hexagrama 1Debajo Ken, el aquietamineto, la montaña

Solución general: El agua son las emociones,
el fuego es la luz de la razón, es el camino hacia el verdadero conocimiento,
por lo tanto, si en el signo anterior había peligro, en este hay luz para
encontrar el camino adecuado en la vida.
Queremos ser libres, y creemos que
la libertad es no tener que depender de nada ni de nadie. Sin embargo, vivimos
sometidos a las leyes de la vida, somos como una llama que vive adherida al
tronco del cual arde. Nadie puede escapar a esas leyes, nadie puede escapar a su
naturaleza original, y quien en su ignorancia lo intenta, se separa de si mismo,
se aleja de la armonía con su interior y con el mundo, y eso solo le trae
sufrimientos.

Mutaciones
(se leen de abajo arriba)

Mutación de
la línea 1:

No debemos dejarnos arrastrar por el torbellino de la vida.
Solo mediante la serenidad y la seriedad se alcanza la necesaria claridad para
enfrentarse con los problemas y con las situaciones que nos toca vivir.

Mutación de la línea 2:

El máximo resplandor se consigue con la justa medida. Camino
medio.

Mutación de la línea 3:

Cuando vemos lo inevitable como una cadena que impide nuestra
libertad y como consecuencia nos dejamos dominar por sentimientos tristes o
negativos, perdemos también nuestra libertad interior.

Mutación de la línea 4:

Hay fuegos que alumbran mucho pero que duran poco. Estos son
fuegos de pajas. Hay fuego que aunque no deslumbran tanto, duran mas. Estos son
los fugaos de buena leña, el fuego del sol. Ser como el fuego de pajas, acarrea
malas consecuencias.

Mutación de la línea 5:

Solo tu naturaleza interior y las leyes del Tao son sólidas y
eternas. Quien preocupado solamente por conservar su claridad, llora y suspira
porque se arrepiente sinceramente de sus errores del pasado, encontrará la
felicidad.

Mutación de la línea 6:

El objetivo de los castigos debe ser solamente imponer la
disciplina. Solo es cuestión de solucionar los problemas atacándolos de raíz. En
la formación del propio carácter se trata de eliminar los grandes defectos y de
tolerar los pequeños, no es buena la rigidez
moral.