7-Shih

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Shih: el ejército 

Hexagrama 1Arriba K’un, lo receptivo, la tierra

Hexagrama 1Debajo K’an, lo abismal, el agua

Solución general: El buen general no es el que
impone la disciplina por la fuerza, sino el que con sus virtudes se gana el
corazón de sus soldados. Esto es válido también para los gobernantes, y para
cualquiera que quiera conseguir amigos o ayudantes. Solo si demostramos nuestro
amor hacia nuestros seguidores o colaboradores, hacia nuestros amigos o hacia
las personas que nos rodean, estos serán fieles y sinceros con nosotros.
Las
guerras son empresas peligrosas y solo debe recurrirse a ellas en casos
extremos. Si se ha de recurrir, se ha de explicar a los soldados, que se trata
de una causa justa. Cuando los soldados están convencidos de que luchan por algo
gusto, lucharan con más entusiasmo y aumentarán así las posibilidades de
victoria. Además, se debe vigilar para que los soldados no cometan daños
innecesarios y no causen atrocidades.

Mutaciones
(se leen de abajo arriba)

Mutación de
la línea 1:

Es necesario que exista el orden, la disciplina, y una causa
justa que entusiasme a todos.

Mutación de la línea 2:

El buen general vive en medio de su ejercito y comparte con él
penas y alegrías. Quien hace esto es justo que reciba el reconocimiento de sus
superiores, a la vez que recibirá el amor de sus subordinados.

Mutación de la línea 3:

Cuando el ejercito es conducido por alguien que no es adecuado,
las consecuencias serán desventuradas.

Mutación de la línea 4:

Cuando se lucha contra alguien superior y no hay perspectivas
de éxito, una retirada ordenada es lo adecuado, pues así mantendremos a salvo a
nuestro ejercito. No es de héroes ni de valientes, sino de orgullosos,
temerarios o inconscientes, empeñarse en librar batallas que no tienen ninguna
posibilidad de éxito.

Mutación de la línea 5:

Cuando el enemigo nos amenaza directamente se impone la lucha
frontal contra él. Sin embargo, el combate ha de ser ordenado de acuerdo con
nuestro interior.

Mutación de la línea 6:

Se ha conseguido la victoria. Se ha de premiar a los
combatientes, pero hay que tener mucho cuidado a la hora de otorgar recompensas
para que los indeseables no cometan
abusos.