51-Chen

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Chen: lo suscitativo (la conmoción, el
trueno)
 

Hexagrama 1Arriba Chen, lo suscitativo, el trueno

Hexagrama 1Debajo Chen, lo suscitativo, el trueno

Solución general: El trueno asusta,
conmociona. Este susto, esa conmoción son un aviso para que dentro de nosotros
se susciten, nazcan, deseos y actitudes de cambio, de rectificación.
Es
posible que pensemos que no somos culpables de nuestros problemas, de nuestras
desgracias. Debemos pensar que los problemas y las desgracias vienen de dos
lugares: Unas veces son consecuencia natural de nuestros errores (no de nuestras
culpas), y otras son debidas a causas externas sobre las que no podemos ejercer
ningún control. Cuando los problemas y las desgracias se deben a nuestros
errores, las cosas se solucionan cuando corregimos nuestros errores. También
debemos tener en cuenta, que las desgracias tienen el tamaño y la fuerza que
nosotros les damos.

Mutaciones
(se leen de abajo arriba)

Mutación de
la línea 1:

El temor es ocasionado porque tenemos que soportar un
enjuiciamiento, ya sea en un juzgado, ya sea por parte de los demás. Una vez
asumido ese temor, viene la felicidad y nos reímos del miedo que hemos pasado.

Mutación de la línea 2:

A raíz de una conmoción, se afronta un peligro y se sufren
grandes perdidas. La situación es desfavorable, por lo que una resistencia sería
contraria a la situación.

Mutación de la línea 3:

Debemos conservar la serenidad y movilizarnos interiormente,
entonces seremos capaces de superar fácilmente los golpes del
destino.

Mutación de la línea 4:

El hecho de que nuestro movimiento interior tenga éxito depende
a veces de las circunstancias. Hay momentos en los que parece que no hay
resistencias de importancia pero sin embargo no se avanza.

Mutación de la línea 5:

Estamos ante una conmoción reiterada que no nos da tiempo para
tomar aliento. Si tenemos buen cuidado de mantenernos serenos, entonces no
sufriremos pérdidas.

Mutación de la línea 6:

En estas situaciones no se deben tomar decisiones ni emprender
nada, sino que se debe esperar hasta que la conmoción disminuya y nos permita la
serenidad y la claridad necesarias para
actuar.